domingo, 28 de julio de 2013

Capítulo 2. El sueño y la realidad.

Ambos empezaron a dormir. Anne estaba abrazada a James, este tenía el brazo bajo la cabeza de James y lo único que los tapaba era una fina sábana. El sueño y Morfeo se apoderó de ambos. Los atrapó para llevarlos a su reino. Ambos despertaron en aquella casa de la montaña. Esta vez estaban separados. Algo dentro de ellos parecía haber cambiado. James estaba fuera. Junto al criadero de dragones. Entró y se encontró allí a Anne acariciando el lomo de la última cría que había nacido. Anne se giró y observó a James.- Llegas tarde. -Este se acercó a Anne abrazándola por detrás. Le dio un suave beso en la mejilla. Esbozó una sonrisa.- Un jinete de dragones no llega tarde. Solo llega cuando lo convocan. -Le sacó la lengua y se separó moviendose por el criadero para coger un cubo con carne.- Vamos Sha. Hora de comer. -El dragón se levantó y comenzó a moverse de un lado para otro. James iba lanzándole la comida a este para que la atrapara.- Mira que le gusta jugar al pequeñajo. -Dijo Anne mientras giraba sobre sus talones y se apoyaba en la valla que tenía detrás. Su sonrisa aparecía cada vez que fijaba sus ojos en James.- Y pensar que hace dos meses no sabía nada acerca de estas criaturas y ahora tengo un bebé dragón de dos meses delante mía. -Anne agachó la mirada en el momento en el que James se giró para mirarla. Se acercó a ella y le puso una mano en la barbilla. Alzó el rostro de ella y esbozó una sonrisa.- Hace dos meses no me tenías a mi. Ni yo a ti. -Le dio un beso en la comisura del labio y se alejó en dirección al dragón. Este seguía corriendo de un lado para otro. Sha salió del criadero. La puerta de este estaba abierta y aún era demasiado joven como para saber las normas. James corriendo soltó el cubo de la comida y gritó.- ¡Anne! Ensilla a Sky. Sha se ha ido. Preparalo por si sale volando. -Se giró y salió del criadero. Anne corrió y se fue al establo. Cogió la montura de Sky y se acercó a esta. Lq dragona gruñó a Anne. No era partidaria de que las mujeres se acercaran a ella, y menos cuando había tenido un bebé hace tan poco tiempo. Sujetó la silla de montar. Amordazó al dragón y cogió las riendas de este para llevarlo con James. Mientras tanto James había estado corriendo detrás de Sha. Este había intentado salir volando un par de veces por lo que la preocupación de que se escapara cada vez iba a más. Llegó Anne con Sky, quien salió corriendo hacia a James. Hizo una especie de gruñido amistoso al rozar con el hozico el torso del joven. James se montó en Sky y le dio una suave palmada en el cuello.- Anne. ¿Dónde está Sha? -La voz de James dejaba claro la preocupación que había. Anne señaló hacia al este. Hacia Sha, quien había conseguido alzar el vuelo.Cogió las riendas y Sky comenzó a correr detrás de Sha.- Vamos a por el pequeñajo. -Golpeó ligeramente el costado del lomo de Sky con la mano y Sky comenzó a volar. Sha se metió en el bosque. Iba volando demasiado bajo como para que un dragón adulto pudiera tener toda la maniobrabilidad posible.

Volaron alrededor de dos horas por el bosque. Sky lo sobrevolaba ya que entrar la ralentizaría. Y Sha se divertía demasiado para ser consciente del peligro que corría. Llegaron al lago. Sha tomó altura y fue cuando Sky le bramó con enfado para regañarle. James le acarició el cuello a Sky cuando desde el suelo se vio subir una red que alcanzó a Sha. Instantáneamente Sha empezó a caer hasta chocar contra el agua. Sky estaba en Shock al igual que James. Observó como cazaban a su dragón y sacudió la cabeza. Palmeó el costado del lomo de Sky y esta comenzó a caer en picado mientras no paraba de gruñir sonoramente. Los cazadores se percataron de que el otro dragón se acercaba cogieron sus armas. Empezaron a disparar los arpones. Uno de ellos pilló por sorpresa a James y a su dragón. Alcanzó una de sus patas, bajo la rodilla. Sky profirió un aullido de dolor acompañado de una pequeña ráfaga de fuego. Seguían disparándoles pero ahora James y Sky los esquivaban. Los cazadores se habían dado prisa. Habían corrido y ya habían puesto a Sha en el camión. Sha estaba asustado, gritando y mirando para un lado y otro. Sky se quedó a unos 50 metros cuando el camión arrancó. El camión estaba blindado. Estaba reforzado para resistir los ataques de los dragones. Sky lanzó una llamarada azul en dirección al camión. Lo alcanzó y este quedó marcado en un punto. James tiró de las riendas hacia atrás y volvió al establo. Llegaron y se bajó de ella. Anne al ver como llegó Sky y al no ver a Sha se llevó ambas manos a la cara.- Pero... ¿Qué ha pasado? -James llevaba las riendas de Sky hacia uno de los cercados. Le quitó la silla y la mordaza. Giró la cabeza hacia Anne.- Traete la vara de hierro. Hay que quemarle la herida para que cierre antes. Date prisa. -Anne salió corriendo. James cogió una de las toallas que había en el establo y la mojó. Le limpió un poco la herida a Sky. Llegó a Anne y le tendió la vara de hierro. James la cogió y se acercó a la boca de Sky.- Cariño. Enciende el nido. -Sky giró la cabeza y exhaló una llamarada hacia el nido. Calentó la barra de hierro y la puso sobre la herida. Sky cerró los ojos y se relajó. Anne se extrañó de la tranquilidad de Sky.- ¿No le duele? -Se acercó a James y le puso la mano en el hombro. Alzó la cabeza y buscó la mirada de Anne y sonrió.- A los dragones no les molesta el fuego. Se queman entre ellos para sanarse. -Anne comenzó a examinar a James. Le encontró un par de rasguños. Anne se sobresaltó.- ¡Jam! Te... han... herido... -La voz de Anne se resquebrajaba. Se rompía. El solo hecho de que pudiera perderlo era algo que le aterrorizara. Se levantó corriendo a por un trapo. James se sorprendió ver la exageración con la que actuaba.ñ Se quitó la camiseta y la dejó sobre el cercado. Anne volvió, se acercó a James y comenzó a limpiarle las heridas con lentitud. Empezó con la que solo eran rasguños hasta que vio en el costado un corte algo profundo. Como ya lo había previsto había cogido una aguja e hilo de tripa. Se puso a coser el corte.- Gracias Anne. Yo solo no podía haberla cosido. -James tensaba la mandíbula cada vez que la aguja le perforaba la piel. Todo su cuerpo se tensaba y se relajaba cuando ocurría. Dejó que Anne terminara de coserle. Se levantó y besó a Anne. Esta sonrió aunque su sonrisa duró unos excasos segundos.- ¿Dónde está Sha? -James comenzó a vendarse el torso.- Lo tienen unos cazadores furtivos. Sky dejó la marca en el camión. Podremos rastrearlo y luego ella lo localizará. -Se giró para acercarse a Anne y la abrazó. El rostro de Anne había cambiado del shock al pánico y del pánico al horror. Sus lágrimas empezaron a recorrer su mejilla con timidez.- Todo irá bien. Rescataré a Sha. -Le besó la frente y sonrió.

Amaneció y sonó el despertador. James y Anne se desperezaron y despertaron.- Buenos días princesa. -Le besó la comisura del labio después de apagar el despertador. Se levantó de lpa cama mientras Anne se tapaba con las sábanas. Buscando esconder su cuerpo.- Buenos días Jam.. -Una sonrisa se le escapó de su rostro. Se tapó la cara con las sábanas al sentir que el rubor coloreaba sus mejillas.- Aún sigues teniendo ropa en casa. Voy a preparar el desayuno. -Dijo mientras terminaba de vestir y salía de la habitación. Anne se fue a ducharse mientras James preparaba el desayuno. Tardó poco, sabía donde guardaba James las cosas y se sorprendió un poco al ver que se había dejado aún cosas suyas y que aún las guardaba. Se fue de nuevo a la habitación, se vistió y salió hacia la cocina. James aún seguía cocinando cuando Anne llegó. Se acercó por detrás de este, se puso de puntillas y se aferró a su cuello.- Ummm.... Que rico. -Le besó el cuello y se movió por la cocina para coger los platos, los vasos y los cubiertos. Los colocó en la mesa y dejó que su pelo cayera por uno de sus hombros. James sirvió el desayuno y esperó a que Anne se sentara. Se pusieron a desayunar mientras hablaban de cosas sin importancia. James no tardó demasiado ya que tenía que irse a trabajar.- Nos vemos a la noche. -Le besó la comisura del labio y se levantó de la mesa. Se ajustó la corbata y salió por la puerta.

Anne se levantó de la mesa y fregó las cosas. Llevaba puesta la camiseta favorita de James. Esa que ella misma le regaló. Empezó a divagar por la casa mirando las fotos. Empezó a recordar los momentos. Encontró la foto que se hicieron el día en el que empezaron a salir. Estaban ellos en una cala. Con el agua de fondo cristalina. Fueron con unos amigos y uno de ellos los pilló desprevenidos. En ese momento no habían empezado a salir. Simplemente estaban tonteando. Recordó como al volver y al dejarla en casa James le pidió salir. Anne esbozó una sonrisa tímida y vergonzosa antes de dejar el marco con la foto en su sitio. Siguió caminando por la casa, observando la multitud de cosas que le traían recuerdos. Cansada de vagar por la casa de James decidió ir al cuarto, cambiarse y buscar el libro. Lo encontró debajo de la cama, bajo una losa suelta.- Tan predecible... -Murmuró. Se cambió y salió de la casa de James buscó su coche y se dirigió a la suya.

Entró en el apartamento. Era corriente, no muy decorado y de un tamaño medio. Tenía solo 3 habitaciones, el dormitorio, el baño y una sala que usaba como estudio. Además de la cocina-comedor. En casa le esperaba Ben, su gato siamés. Era de color negro, el pecho era blanco al igual que sus manos delanteras. Maulló con efusividad para recibir a su dueña. James adoptó a Ben cuando estaba con Anne. Ben tan solo tenía unos días cuando fue a por él y Anne se enamoró del gato nada más verlo. Cuando James y Anne rompieron Ben ya había cogido mucho aprecio a Anne, que era con quien mayor parte del tiempo pasaba. Anne se agachó para coger a Ben en brazos. Pesaba poco ya que no era muy grande y aún se le podía considerar un cachorro ya que solo tenía 4 meses. Se dirigió al estudio y dejó el libro sobre la mesa. Cogió todos sus libros de la universidad y los fue colocando en la estantería que tenía reservados para ellos. Anne estudiaba veterinaria. Era un sueño que tenía desde que era una niña. Dejó a Ben en su regazo y abrió el libro. Leyó lo que esa noche había soñado con James. Cogió un bolígrafo, jugueteó con él entre sus dedos y optó por escribir. "Llegó a un bosque donde la soledad y la oscuridad se adueñaban de todo lo que le rodeaba..." Anne cayó instantáneamente dormida. Apoyada sobre las hojas en blanco del libro.
Despertó en el bosque, con la única luz de la hoguera que había a su lado. Se frotó la cabeza mientras miraba a un lado y otro. Vio que solo había un saco de dormir, una mochila y no había tienda alguna. Aquello le extrañó e instantáneamente llamó para ver si le respondía.- ¿James? -Ahuecó sus manos alrededor de su boca para mandar su voz a la dirección deseada. No escuchó nada por lo que volvió a preguntar.- ¿James estás ahí? -El silencio volvió a apoderarse del bosque. Anne se reincorporó y buscó en la mochila alguna antorcha. La encontró y la prendió. Movió la antorcha a un lado y a otro y no encontró nada.- James... Ya basta. No hace gracia. ¡Aparece ya! -Bufó sonoramente y volvió a mover la antorcha. Se quedó quieta esperando a que James apareciera pero no lo hizo. Suspiró y se volvió a sentar. Clavó la antorcha en el suelo y se acercó a la hoguera. Pasaron los minutos y el único sonido que escuchaba era el de algunos animales, pero demasiado lejos como para preocuparse. Buscó algo de comer en su mochila y no encontró nada. Suspiró y escuchó como unas ramas se partían al pasar sobre ellas. Cada vez se escuchaban más cerca. Anne tragó saliva y buscó en la mochila un arma. La sacó sosteniéndola con temblor. Tenía miedo. Anne no sabía como reaccionar ante esas situaciones. Apagó la hoguera y alejó la antorcha. Se escondió detrás de un árbol. Esperó asustada hasta que vio a un dragón acercarse a la hoguera. Anne salió de detrás del árbol al reconocer el dragón.- Rock. -Se acercó al dragón y le acarició el morro. Rock volvió a encender la hoguera exhalando un poco de fuego y se tumbó detrás de Anne. Esta guardó el arma y se percató de que Rock había traído un ciervo. Sacó un cuchillo y lo desolló. Puso la carne para que el fuego lo cocinara y dejó otra poca cruda para Rock. Se sentó al lado del dragón y comió.

Anne se despertó. Ben le había dado un zarpazo en la pierna para que despertara. Estaba maullando. Se levantó y dejó el libro abierto con lo nuevo escrito. Siguió a Ben y fue entonces cuando se percató de que había pasado casi un día allí metida. Vio el móvil y vio las llamadas perdidas de James y de algunos amigos. Las borró y se fue a la cocina para darle de comer a Ben. Mientras tanto James estaba en casa. Había llegado después de trabajar casi 22 horas. Aunque en verdad James no necesitara trabajar siempre había querido poder viajar por el mundo y que mejor que realizando negocios. James era el presidente de su empresa, que se dedicaba a la importación y exportación de materias primas a otros países. Él junto al comité de la directiva eran los encargados de cerrar los negocios de grandes magnitudes como el que acababa de cerrar en Dubai. Llegó a casa y fue directamente a la ducha, no hizo nada más. Se duchó y se tiró en el sofá a ver la televisión. Las horas pasaban y con ellas la preocupación por Anne aumentaba pero sabía perfectamente que si de verdad ocurría algo Anne acudiría a él, como siempre.
Era ya la hora de cenar y la verdad es que el chico estaba hambriento. Se levantó y se fue a la cocina, se hizo una cena ligera pero elaborada. Cenó y fue al dormitorio a por el libro. Se puso a buscarlo y no lo encontraba. Primero se extrañó y creyó que había soñado y fue a donde lo había puesto la primera vez. Llegó a la estantería y busco entre todos sus libros. No lo encontró. Se extrañó aún más y llamó a Anne. No contestaba, siempre comunicando. Vio su camiseta favorita sobre una de sus sillas y se mordió el labio. Cogió las llaves del coche y salió de casa. Iba a por Anne.

Anne se había vuelto a quedar dormida. El libro le obligó dormir, tenía una historia que narrar. Anne volvió a despertar en el bosque junto a Rock. Este estaba despierto aunque seguía quieto con la cabeza apoyada y mirando hacia la nada. El sol empezaba a aparecer entre los árboles y los primeros rayos de luz mostraron la soledad del bosque. La hoguera estaba apagada y el poco humo que salía de ella empezaba a extinguirse. Anne vio el rastro que había dejado Rock cuando llegó. En ese momento Anne se reía por lo que armó la noche anterior. Se levantó y le acarició el lomo a Rock.- Anda vamos. Que tenemos que seguir el rastro de Sha antes de que James vuelva. -Rock se levantó y bajó la cabeza para que Anne se subiera. Anne recogió las cosas y se montó en su lomo. Rock no estaba acostumbrado a llevar a nadie sobre él por lo que optó por no volar. Iba a trote, a un buen ritmo. Tanto que a la hora de partir ya había recorrido la misma distancia que Anne recorrió el día anterior. Unos cuantos kilómetros más adelante Rock se paró en seco. A pesar de su voluminosidad Rock no tenía ni un año de edad. Por lo que era aún un adolescente. Rock olfateó a un lado y a otro. Al poco tiempo se escuchó un gruñido. Estd obligó a todos los animales callarse y el silencio se adueñó del bosque. Anne se asustó y miró al cielo. Nada, no había nada volando. Apoyó una mano en el lomo de Rock y este continuó con precaución. Dio dos pasos y un par de árboles cayeron en seco delante de ellos. Se vio solo una zarpa, gris el doble de grande que Rock. Este bufó muy envalentonado, muy bravo. El dragón terminó de aparecer. Anne se bajó de Rock y le puso la mano en el lomo, sobre el ala. Rock se volvió a envalentonsr y esta vez saltó a por el dragón. Este le golpeó el lomo y quedó tumbado a un lado. El dragón avanzó saltó y cogió a Anne entre sus garras. Salió volando, perdiéndose en el horizonte. Se dirigió hacia un antiguo volcán que había en las cercanías. Estaba a 300 kilómetros del pueblo. Entró por el cráter y dejó a Anne en su nido. Estaba lleno de tesoros y de bastantes cadáveres. Anne estaba asustada. Demasiado asustada, solo lamentaba no haber avisado a James. No le dijo nada de sus planes y tampoco pudo decirle adiós. Temía por su vida y veía pasar por sus ojos los 20 años que llevaba vivos.

James llegó a la casa de Anne. Llamó al timbre. No ocurrió nada. Sonó. Volvió a llamar y este volvió a sonar. Ben maullaba detrás de la puerta y la rascaba para intentar abrir. Pero era imposible que pudiera. James rebuscó en sus bolsillos y sacó el llavero. Comenzó a buscar la llave del apartamento de Anne pero no encontraba alguna parecida. Tenía las de casa y las del trabajo. Tenía todas las que en ese momento no le servían.- ¿Dónde cojones he metido las llaves de Anne? -Refunfuñó por lo bajo y optó por aporrear la puerta.- ¡Anne! ¡Coño Anne! ¡Abre la jodida puerta! -El silencio volvió a apoderarse del rellano. James apoyó su espalda contra la puerta y dejó que su cuerpo cayera lentamente hasta quedar sentado en el suelo. Apoyó la cabeza y resopló. Cerró los ojos y dejó que su mente divagara intentando buscar una solución.
Mientras tanto, Anne seguía dormida. Imbuida en el sueño, raptada por el libro. Seguía en el nido aunque esta vez el dragón se había ido. Miró a un lado y a otro, intentando ver algo más claro. Pero seguía viendo lo mismo, cadáveres y más cadáveres apilados. Se levantó con cuidado, con temor a que el dragón volviese. Salió del nido, que estaba colocado en el extremo de un acantilado. Y con camino lento y muy cuidadoso se alejó del borde. Su espalda chocó contra la pared y se aferró a ella con ambas manos, sin darle la espalda al nido. Se quedó quieta, en silencio, mirando al nido hasta que escuchó el bramido de un dragón. Asustada se agachó y se abrazó las rodillas, formando un ovillo. Alzó la mirada al cielo y no vio nada. Solo veía la poca luz que el cráter del volcán. Bajó la mirada hasta el nido y vio 3 huevos de dragón rotos. No veía nada dentro de ellos por lo que Anne se apretujó más, como si ese gesto pudiera llegar a salvarle la vida o algo por el estilo. Pasaban los segundos, la sed aumentaba y el hambre con ello. El estómago de la chica le jugó una mala pasada. Sonó, rugió. Anne se llevó ambas manos al estómago y suspiró. Maldijo mentalmente lo que había ocurrido, el haber visto 3 cascarones de huevo de dragón no era para nada buena señal. Pasaron de nuevo los segundos, convirtiéndose en minutos. Pasaron casi 10 hasta que se escuchó como unas rocas se desprendían. Anne giró rápidamente la cabeza al lugar del que había provenido el ruido. Se reincorporó para intentar ver algo, pero no veía nada. Hasta que tras unos segundos mirando alcanzó ver una zarpa. Era pequeña, un poco más chica que la de Rock. Se sobresaltó y ahogó un chillido. Tardó unos segundos en terminar de trepar el borde. El dragón estaba desorientado, mirando a un lado a otro con las fauces abiertas. No tenía dientes, sus ojos estaban demasiado abiertos y sus alas eran aún demasiado diminutas como para que le permitieran volar. El dragón aún no se había percatado de la existencia de Anne por lo que buscaba con curiosidad lo que tuviera delante. Anne miró a un lado y otro. Estaba arrinconada, no tenía nada alrededor.- Se acabó... Como se percate de que esté aquí me devora. -Su voz era muy débil, eran casi susurros, pero aún más débiles. Dio un paso hacia atrás y su talón chocó contra una roca. Esta cayó al vacío provocando ruido y un sonoro golpe al final. El dragón miró hacia Anne y bufó. Ya está, el dragón se había percatado de Anne. A toda prisa Anne intentó buscar un escondite, algo donde poder refugiarse y salvarse. Encontró una pequeña abertura en la roca detrás del dragón.- Genial... -Suspiró y cerró los ojos. Se armó de valor, o al menos lo intentó. Buscando dentro de sí lo que James siempre le había dicho. Ese recuerdo al que aferrarse. Lo hizo, se acordó de la primera vez que vio a James y se aferró a ese recuerdo. Abrió los ojos y vio al dragón a menos de 3 metros de ella. Anne cogió una roca y la lanzó a un lateral. Obligando al dragón a mirar hacia otro lado. Aprovechó ese momento para correr hacia el dragón y saltar sobre este. Al ser pequeño no era un dragón demasiado grande aunque se quedó a poco de pisarle la cola. Siguió corriendo sin mirar atrás hasta llegar a la abertura. Se metió y el dragón se giró. Caminó hacia la abertura metiendo el hocico dentro de esta y olfateando. Gruñó por lo bajo e intentó morderla. Pero no llegaba, la abertura daba a una pequeña cueva en la que Anne podía estar incluso tumbada que no llegaba. El dragón intentó exhalar fuego por su boca, pero no lo conseguía. Esto provocaba que se cabreara, que se frustrara. Este movió la cabeza con fuerza provocando que unos trozos de roca se desprendieran y le golpearan la cabeza. Rápidamente se echó hacia atrás, dolorido por los golpes. Anne se asomó por la abertura y vio como este se alejaba. Suspiró aliviada. Se había salvado.

James seguía pensando en como entrar a la casa de Anne. Se levantó y golpeó con la mano la puerta.- ¡Joder! -La furia y la impotencia se adueñaba de sus actos. Su mente no estaba demasiado clara. Cogió un folleto de publicidad y lo giró. El reverso estaba en blanco. Perfecto para lo que James tenía en mente. Sacó de sus bolsillos un bolígrafo y comenzó a escribir. "Si lees esto te aviso de que mañana a primera hora estoy aquí con un cerrajero si hace falta. Me tienes muy preocupado. Atentamente: Jam." Guardó el bolígrafo e introdujo el folleto bajo la puerta. Suspiró y se dio por vencido. Se giró sobre sus talones y comenzó a caminar escaleras abajo. Miró sobre su hombro hacia la puerta. Sacudió levemente la cabeza para sacarse los malos pensamientos. Miró al frente y comenzó a bajar los escalones. Llegó hasta su coche y se montó en este. Condujo hasta su casa y nada máa llegar se fue al estudio. Encendió el ordenador y sin venir a cuento comenzó a rescatar todas las cosas que tenía de Anne. Ya fueran fotos, relatos que le escribió o canciones que le recordaban a ella. Empezó a escuchar "The Beattles". No empezó por ninguna en especial por lo que puso la lista de reproducción y dejó que sonara. Se pasó la noche en vela, escuchando música. Escuchó toda la lista de reproducción y cambió a la de "Pablo Alborán". Siguió con "Linkin Park", con "Maldita Nerea" y otra que tenía con canciones aleatorias. Leyó todos los relatos que le había escrito y vio muchas de las fotos que tenía. Mientras tanto, Anne seguía dormida mientras el sol estaba a punto de aparecer. Ben deambulaba por la casa sin tener nada que hacer. Intercalaba alguna que otra cabezada con un rato de juego con el ovillo de lana. Pero quería jugar con Anne y ella seguía dormida y nada de lo que Ben le hacía la despertaba.

Anne seguía escondida en la abertura de la pared. En esa cueva que le salvó la vida. Miraba de vez en cuando por la grieta intentando ver algo pero solo podía ver como la intensidad de luz iba disminuyendo. El temor y el miedo provocaban que Anne fuera incapaz de dormir, que le fuera incapaz relajarse. Se sentó y se abrazó las rodillas apoyando la cabeza entre estas. Cerró los ojos y empezó a llorar. La adrenalina se había ido y con ella la valentía que Anne sacó. Estaba aterrorizada y enfadada consigo misma. No paraba de recordar las últimas palabras que James le dijo esa misma mañana. "Prométeme que no irás a ningún lado." Y ella creyendo que sería más fácil se lo prometió. Incumplió su palabra además de preocupar a James. Lo conocía y sabía que ni dormiría ni comería hasta encontrarla. Y lo peor de todo es que ni ella misma sabía donde se encontraba. Nunca había estado tan lejos y sola. James era el que sabía orientarse. James era el guía. Se tumbó en el suelo y continuó en forma de ovillo, sollozando y con los ojos cerrados.- Perdóname Jam. -Dijo antes de que un temblor la sacara de sus pensamientos. Se levantó lo más deprisa que pudo y se asomó por la grieta. Vio como rocas de diferente tamaño caía al suelo. No le dio demasiada importancia hasta que empezó a ver algo brillar. Era el suelo. Las rocas estaban rompiendo el suelo volcánico que lo mantenía apagado. Anne palideció. Ahogó un grito y retrocedió hasta que su espalda tocó la roca. Se sentó de golpe en el suelo, como si alguien la hubiera empujado a hacerlo. Se miró las manos y luego miró la grieta. Cada vez había más luz y no sabía cuanto tiempo tenía para salir de allí. No sabía si habría una erupción. No sabía nada. Se deslizó hasta la grieta y gritó.- ¡Rock! ¡Jam! ¡Alguien! ¡Sálvadme! -Escuchó a varios dragones y retrocedió de nuevo hasta el final. Se volvió a hacer un ovillo, pero esta vez permanecía atenta a las paredes de una cueva. Vio diferentes dibujos rupestres y pensó que quizás hubiera una salida. Se levantó y empezó a registrar las zonas que la grieta iluminaba. La poca luz que esta dejaba entrar frustraba a Anne pero sabía que si la agrandaba uno de los dragones podría entrar a por ella. Entonces se acordó de que en la mochila tenía lo necesario para hacer una antorcha. Se asomó por la grieta y la vio. Estaba en el nido. Maldijó de todas las maneras posibles el no haber caído antes en eso. Se armó con un par de rocas sueltas y salió de la grieta. Caminó hacia el nido y se metió en él. Se agachó, se puso la mochila y salió. Volvió a la cueva armada. De camino a ella dos dragones se pusieron delante y detrás, dejandola a ella en medio. Anne giró la cabeza para ver al de atrás. En esa situación Anne habría temblado o gritado, pero por una vez mantuvo la calma. Su cerebro trabajaba a toda velocidas intentando recordar lo que James le explicó sobre las crias de dragón. "Suelen asustarse ante ruidoa bruscos." La voz de James sonó en la mente de Anne.- Sonidos bruscos... Sonidos bruscos... -Deslizó la mirada hasta sus manos y luego miró a uno de los dragones. El silencio se hizo dueño de la situación hasta que Anne corrió hacia uno de los dragones para golpear las piedras entre si. Funcionó, el dragón se apartó del camino profiriendo sonidos de quejas. Anne se coló por la grieta e hizo la antorcha. La prendió con la yesca y el pedernal que tenía la mochila. Se puso a investigar la cueva y encontró varios pasadizos. No sabía muy bien cual tomar, porque de la decisión dependía su vida. Se sentó y se quedó pensativa, intentando recordar algunas de las muchas clases de supervivencia que James le enseñaba.

2 comentarios:

  1. Está interesante al historia ^^
    A ver que pasa con eso de los sueños ¬_¬ intrigada me encuentro D:
    *Tengo que decirlo, sino me va mal* Puajajajajaj le ha dicho buenos días princesa *vale, ya está, tenía que ponerlo*

    Seguiré leyendo a ver que ocurre Owo

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  2. Ohhhh me ENCANTAAAA!!!

    No se que historia me gusta mah si la de los dragones o la de la vidareal.. Pero molan. Mushio. <3

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